La importancia del juego en el aprendizaje de la lectura


Los juegos son un elemento indispensable en el desarrollo intelectual, afectivo y psicomotor, lo que favorece la motivación y el aprendizaje. A través de las actividades lúdicas se explora y se crean mundos, experimentando un sentimiento de felicidad y libertad que provee de un contexto emocional propicio para la expresión de ideas y sentimientos.
El juego es una de las estrategias más efectivas para motivar a los niños a leer. Jugar es la conducta natural que utilizan niños y niñas para comunicarse y está vinculado a los mejores momentos de la infancia. Enseñar a través de juegos educativos permite que el niño asocie el aprendizaje con agrado y con sentimientos de competencia. Lo que se aprende durante el juego se memoriza fácilmente y queda inscrito, en la memoria emocional.
Al jugar los niños y niñas aprenden también a orientarse en el espacio y el tiempo, a amar el arte y la naturaleza, a construir saberes, a elaborar temores y a conectarse con su fantasía. Jugar es un espacio privilegiado para la creatividad. El juego da la oportunidad de expresar las emociones, cooperar o competir- jugando los niños aprenden a perder y ganar. El niño o niña que sabe jugar crece con un sentimiento de aceptación y genera vínculos emocionales positivos con las personas con las que juega. Jugar con alguien es un signo de apego.
Por lo mismo, a través de los juegos relacionados con la lectura se genera una conducta de apego a leer y a los libros. Una opción atractiva para los niños y niñas atraídos por la computación es proporcionar juegos didácticos electrónicos relacionados con la lectura, como El conejo lector, Abrapalabras o Cantaletra. Se pueden encontrar en Internet o en CD ROM. El material audiovisual en forma de juego psicoeducativo permite que los niños y niñas asimilen aprendizajes, en forma autónoma, a partir de un componente lúdico y visual. Para los niños y niñas con más dificultades o con necesidades educativas especiales, los juegos electrónicos constituyen una opción atractiva y eficiente.
Segar –citado por Rosas y Thibaut7– señala que, a través de lo que se conoce como aprendizaje implícito, las personas aprenden reglas abstractas sin que estos conocimientos sean accesibles a su conciencia –esto significa que ocurre independientemente de los intentos deliberados o conscientes que se realicen por aprender. Los juegos educativos son un ejemplo de aprendizaje implícito.
Como juego relacionado con sus intereses, los adolescentes pueden encontrar a través de la lectura en Internet respuestas a muchas de sus preguntas. Por ejemplo, una bibliografía sobre sitios web de interés para los estudiantes puede permitir buscar ayuda. Un ejemplo de esto, en forma de vinculación a través de la lectura y la escritura en la red, es un blog al que se conectan personas con el Síndrome de Asperger; donde se encuentra información relevante y comprensión.
La tecnología no puede ser vista sólo como un riesgo: es una oportunidad. Para un niño, navegar por sitios interesantes es una enorme posibilidad de leer sobre aquello que le gusta o que en un momento dado necesita para realizar un trabajo de investigación. Conocer ventajas y riesgos de Internet es un desafío.
En este mismo sentido, pensemos en la televisión. Se le culpa de haber influido negativamente en la motivación de los niños para leer. Se dice además que es muy difícil afrontar el exceso de televisión que ven nuestros niños y jóvenes. Quizás hay que hacer propio el adagio: “si no puedes con el enemigo, únete a él”. La lectura de libros que se relaciona con los programas suele entusiasmar a los niños, por ejemplo la lectura de La Bella y la Bestia (si han visto la película), o la lectura de una novela que se relacione con la teleserie de turno. A través de la lectura los niños completarán los matices que facilitan la comprensión de la trama y los personajes. Claro está, en general el libro siempre es superior a la producción audiovisual porque tiene más espacio para desarrollar tramas y personajes

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